La Reforma Agraria de los años 60 no sólo fue un proceso de redistribución de la tierra como nunca se había realizado en nuestro país. También fue un proceso democratizador en lo político, la participación política de millones de peruanos marginados hasta entonces de la escena política se abrió paso para configurar en los siguientes años un escenario que expresaba de manera más diversa la política nacional.
En los últimos años hay una reacción frente a ese proceso, hay fuerzas que quieren volver al pasado, que la política y el manejo del país sea patrimonio de élites y sus grupos, mientras el resto de peruanos tenemos que asistir como espectadores, sin niveles de decisión sobre nuestros destinos que en buena cuenta son los destinos de nuestra patria.
Pero esta reacción produce crisis, es muy difícil que una vez conquistado derechos se renuncien a ellos sin mayor problema, nunca sucede así, por eso enfrentar la crisis tiene que ver directamente con luchar por derechos, y en el campo lo sabemos.
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