Entre el 2001 y el 2022 hemos perdido casi 3 millones de hectáreas de bosque amazónico a manos de la expansión agrícola, la minería ilegal y las nuevas colonias que se forman.
La deforestación se concentra principalmente en las regiones de Amazonas, Ucayali, Loreto, Madre de Dios, San Martín, Huánuco y Junín.
Allí está una de las principales causas de los incendios que hoy afectan nuestros bosques, es decir una mezcla de minería ilegal apoyada por este congreso, expansión agrícola de gran escala como la palma aceitera, narcotráfico, y la actitud negacionista frente al cambio climático, nos llevan a los desastres que están recorriendo nuestros bosques en todo el país.
Si se le suma a todo esto la ineficiencia del gobierno y su absoluta falta de previsión y su nula inversión en instrumentos para abordar las emergencias, tenemos un panorama sumamente desolador de cara a los siguientes años.
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