Cuando el gobierno se dio cuenta que el país se incendiaba, salió a decir que la culpa era de los agricultores y la quema de pastizales. No definió una política para enfrentar la tragedia sino que salió a buscar culpables.
Hoy pasados los meses de incendios con las víctimas fallecidas, animales muertos, cultivos quemados, se abre el camino de la verdad.
Lo real y es la opinión de universidades como la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), que tiene un Máster de Desarrollo Ambiental, es que el sistema de producción que se nos ha impuesto “ocupamos el territorio de un modo tal que no dejamos que los ecosistemas se regeneren naturalmente”
La PUCP en un reportaje del diario español El País, señala factores que se juntan y que provocan que las quemas se salgan de control, la carga sobre los bosques, la insuficiente cantidad de bomberos forestales, el cambio climático y la nueva ley forestal peruana.
La Ley Forestal ha generado un estímulo mayor para quemar, deforestar, para ocupar los terrenos y obtener la titulación.
Todo esto muestra lo que el gobierno quiere ocultar. Es como el sistema de salud que dejó al descubierto su precaria situación cuando apareció la pandemia y el país que mostraba orgulloso sus cifras macroeconómicas, no tenía ni camas para cuidados intensivos y no tenía ni oxígeno para cubrir las necesidades de emergencia que teníamos.
Para el gobierno no existe la tala y la minería ilegal, el cambio climático, no hace nada contra estos problemas, por el contrario, los incentiva.
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