Cuando se dio la “Ley de Moratoria para transgénicos”, la idea fue que se abriera un período de precaución ante los indicios de los daños que pudieran darse, no se requiere para aplicar esta precaución que haya certeza científica.
Aún hoy no existe la evidencia científica para afirmar sin lugar a duda que los transgénicos dañen la agrobiodiversidad. Por eso el período de moratoria tenía que servir para investigar y llegar a conclusiones sólidas que protejan esa agrobiodiversidad. Lo que se tiene como información muestra que hay avances en estas investigaciones aún no se terminan. El riesgo entonces aún existe.
Sobre todo y teniendo en cuenta que nuestra Amazonía andina es la zona con mayor diversidad del mundo, contamos con 30% de bosques. El 80% de los alimentos que se consumen en nuestro país vienen de los Andes, der la pequeña agricultura familiar.
El ingreso de transgénicos presenta aún enormes riesgos, de constatarse esos riesgos y abriendo la posibilidad de su ingreso a nuestro país, estamos frente a un panorama desastroso no sólo para la agricultura familiar, sino para millones de peruanos que verían totalmente trastornado sus sistema alimenticio.
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